Purgarse es una práctica muy habitual que hacían nuestros antepasados y que muchas personas que viven en sectores rurales aún mantienen como tradición. Sin embargo, en las sociedades modernas este hábito cada vez se ha hecho menos frecuente, siendo actualmente aún más necesario. Precisamente de eso te hablaremos en este artículo; veremos cuales son los beneficios de purgarse, cada cuanto se debe hacer y un par de respuestas a preguntas frecuentes.
▷¿De qué hablamos en este artículo?
¿Cual es el mayor beneficio de hacer una purga?
Cuando las funciones de nuestro aparato digestivo se van limitando a causa de los malos hábitos alimenticios, se hace necesario limpiar o depurar nuestro organismo para liberar el cuerpo de toxinas y de microorganismo cuya presencia en abundancia puede ser perjudicial para nuestra salud. Si esta práctica se hace en períodos controlados y en los momentos cuando es necesaria, será muy beneficioso para nuestra salud, ya que podríamos desintoxicar al organismo, mejorar la capacidad de absorción de nutrientes, controlar los parásitos intestinales y con todo ello una mejora de nuestra función metabólica.
¿Cada cuánto se debe purgar una persona adulta?
Para purgarse no existe un cálculo exacto que determine la periodicidad de la misma. Todo va a depender de cuán adecuados o inadecuados sean nuestros hábitos alimenticios. Hay algunos que sostienen que si la dieta es rica en vegetales orgánicos, controlada en proteínas y grasas saludables y nula en productos refinados, la purga prácticamente no sería necesaria. Pero en personas habituadas a la comida rápida o comida chatarra, como el común de la sociedad, la purga podría recomendarse hasta cada 6 meses. Si llevas un dieta moderadamente saludable te puedes purgar con una frecuencia de entre uno y dos años.
¿Purgarse hace bajar de peso?
La regla básica para bajar de peso sostiene que las calorías que consumes deben estar por debajo de las calorías que gastas, eso es lo que se conoce como déficit calórico. Si las calorías que consumes equivalen a la calorías que gastas estarás en una fase de mantenimiento y si las calorías que consumes son superiores a las que gastas estarás en un superávit calórico y por ende subirás de peso. En consecuencia la única forma real para bajar de peso es logra establecer un deficit calórico. Dicho esto, cuando nos purgamos, optimizamos nuestro proceso digestivo y al eliminar toxinas, nuestro metabolismo energético se regula y en consecuencia se puede favorecer la pérdida de peso.
¿Me puedo purgar teniendo el periodo?
El hecho de purgarse en cierto sentido es un proceso que lleva al organismo a una situación de estrés puesto que los purgantes en su esencia contienen sustancias de acción mecánica que aceleran el tránsito de las heces o sustancias irritantes del intestino grueso que estimulan la motilidad intestinal provocando una evacuación acelerada. Esto puede ocasionar cólicos abdominales, náuseas, sensación de debilidad y descompensación física como tal. El periodo o menstruación regularmente viene acompañado de ciertos malestares y de cierto grado de descompensación física que no queremos maximizar acompañándolos de los efectos secundarios de una purga. Por lo tanto la recomendación es que esperes a que tu periodo termine y en un lapso de 5 a 7 días aplícate el purgante.
¿Me puedo purgar si estoy en embarazo?
Definitivamente no, los purgantes pueden contener sustancias irritantes y además pueden provocar contracciones abdominales que pueden poner en riesgo tu vida y la de tu bebé. Si se trata de embarazos planificados lo mejor es que te purgues antes de quedar en estado, si no, lo puedes hacer después de dar a luz. Si lo quieres consumir por algún problema de estreñimiento, lo ideal es que intentes mantener una dieta alta en fibras saludables como la procedente de verduras y frutas. Y en última instancia recurrir a laxantes suaves, siempre bajo la supervisión de un especialista.