El trigémino o quinto par craneal es un nervio facial de gran tamaño que fisiológicamente está vinculado a funciones como la masticación o a la percepción de estímulos sensoriales como la presión o el dolor. Al dolor del nervio del trigémino se le conoce clínicamente como neuralgia del trigémino o neuralgia trigeminal, neuralgia facial, enfermedad de fothergill, prosopalgia, entre otros. Se caracteriza por un dolor en la mitad de la cara muy generalizado, de condición punzante, con cierta intensidad y sensación superficial que puede ser desencadenada por actividades tan simples como cepillarse los dientes, afeitarse, hablar, masticar, etc.
Esta terrible enfermedad genera situaciones de desesperación, a consecuencia del dolor tan intenso, que en siglos pasados se le denominó la enfermedad del suicidio. Sin embargo en la actualidad se cuenta con una serie de alternativas para mitigar este mal que van desde la intervención quirúrgica, la farmacología, la fitoterapia, hasta la fisioterapia. En este artículo abordaremos la interrogante sobre: ¿cómo quitar el dolor del nervio trigémino?, ¿podemos evitar la intervención quirúrgica?, ¿se puede tratar en casa o de forma natural?. Para saber sobre esto y mucho más, quédate leyendo el artículo.
Cómo se cura el dolor del nervio trigémino
La medicina oficial establece como primera línea de tratamiento en los casos de neuralgia facial o neuralgia del trigémino, la indicación de anticonvulsivos, relajantes musculares y antidepresivos tricíclicos. Otras opciones a tener en consideración son las cirugías, radiocirugias, radiofrecuencia, inyecciones de botox, etcétera, sin embargo, estas prácticas pueden generar recurrencia o efectos secundarios.
En cuanto al tratamiento alternativo podemos valernos de varios recursos señalados por los especialistas fisioterapéuticos como son electroterapia y ultrasonoterapia o disciplinas orientales como la acupuntura (clic aquí para conocer más sobre esta terapia alternativa).
En casa y con una debida orientación profesional podemos aplicar:
Hidroterapia: Es una técnica muy sencilla y con un recurso al que podemos tener acceso sin mucha dificultad: el agua tibia. Basta con aplicar un chorrito de agua tibia sobre la zona afectada por unos pocos minutos tres o cuatro veces al día y podremos sentir un gran alivio.
Meditación: Esta técnica ancestral puede ser muy útil a la hora de manejar el dolor o para controlar la ansiedad que puede producir el simple hecho de padecer esta enfermedad. Meditar te ayuda a relajarte, a manejar el estrés y a estar más centrado a la hora de afrontar cualquier inconveniente vinculado con este trastorno. Simultáneamente puedes practicar la respiración profunda o complementar con ejercicios como el tai-chi (clic para leer sobre sus beneficios).
Preparados de manzanilla: Esta es una maravillosa planta con propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas. Puedes consumirla en forma de infusión agregando una cucharadita de flores de manzanilla a una taza de agua hirviendo, deja reposar por cinco o diez minutos, filtra y endulza con miel. Puedes consumir de dos a tres tazas al día.
Masoterapia: Se puede aplicar en aquellos casos en los que la sensibilidad al tacto no se encuentra tan desarrollada. Si no soportas el contacto o la presión del masaje, entonces no lo apliques.
[quads id=2]Remedios para desinflamar el nervio trigémino
La cúrcuma: Es uno de los recursos fitoterapéuticos más efectivos para el alivio del dolor o cualquier afección inflamatoria. Estudios han demostrado que su principal compuesto, la curcumina, tiene la capacidad de reducir la inflamación y en consecuencia el dolor que esta genera. Podemos adquirirla y consumirla en forma de cápsulas o en polvo para que nos sea más práctico su consumo. En infusiones podemos preparar una cucharadita de cúrcuma en polvo en 750 militros de agua hirviendo y dejarla reposar, luego filtramos, endulzamos, y consumimos a lo largo del día.
La crioterapia: Consiste en la aplicación de hielo sobre la superficie alterada. La aplicación puede ir acompañada de masajes dinámicos o solo con el hielo. Según la fisioterapia, esta acción tiene un afecto analgésico y antiinflamatorio que alivia los síntomas de manera muy eficaz y ha demostrado ser muy útil en el alivio del dolor causado por la alteración del nervio trigémino. Sigue leyendo sobre la técnica de crioterapia aquí.
La arcilla o el barro: Es otro recurso que se aplica en fisioterapia como coadyuvante en el tratamiento de las inflamaciones y del dolor. La podemos adquirir en polvo y al momento de su aplicación la mezclamos con agua hasta formar una crema consistente, que posteriormente esparciremos por toda la zona afectada con un ligero masaje o simplemente en forma de cataplasma. Esto se puede hacer 1 vez al día, todos los días si es posible.